Alessandro Geraldini
GERALDINI

ALEJANDRO GERALDINI

Roberto M. Tisnés J.CMF

Prólogo

El Rey. Padre Roberto M. Tisnés, C.M.F., autor de esta valio­sa obra, me ha concedido el honor de prologarla y lo hago con pro­funda satisfacción personal por tratarse de la biografía del gran Obispo Alejandro Geraldini, uno de mis más insignes predecesores en la Sede Primada de Indias.
En efecto, este ilustre hijo de Amelia, en Italia, cuya brillante carrera le vinculó con las Casas Reales de Europa y con el mismo Papado, cuando se le ofreció la Sede Episcopal de Santo Domingo no dudó en aceptarla y decidió viajar a los nuevos mundos descu­biertos años antes, con todos los riesgos que semejante aventura podía conllevar entonces.
Cuando Geraldini arriba a Santo Domingo encuentra una ciu­dad dotada ya de magníficas obras, gracias, especialmente, a la la­bor titánica del Comendador de Lares Fray Nicolás de Ovando, en los albores del siglo XVI, a quiensuccdió en el gobierno de La Es­pañola y en esa tarea urbanística Don Diego Colón, hijo del Primer Almirante.
De seguro que esa realidad urbana le entusiasmó para dar a su Sede Episcopal una Catedral proporcionada con su desarrollo y con su condición de Capital de la nueva colonia.
Desde su llegada, pues, se dedicó por completo a su proyecto más acariciado, la construcción de la grandiosa Catedral que, por cier­to, no vería concluída pero que sí guardaría sus restos para siempre.
De esta forma le correspondió el singular privilegio de ser el primer Obispo residente de Santo Domingo y el propulsor del más antiguo monumento catedralicio de América. En realidad, el pri­mer Obispo designado, Fray García de Padilla, franciscano, nunca llegó a tierras dominicanas, aunque conviene recordar que la bendi­ción del solar en que se levantó la CatedraLde Santo Domingo la impartió el Obispo de La Concepción de La Vega, Don Pedro Suá­rez Deza, sobrino del Arzobispo de Sevilla, Don Diego de Deza.
Uno de los aspectos más interesantes de este libro es hacernos conocer la relación de amistad de Geraldini con Don Cristóbal Co­lón, a quien supo defender en los momentos de infortunio y cuya biografía también nos legó.
Pero la paciente y acuçiosa investigación del P. Tisnés no se detuvo ahí, él ha querido brindarnos una mirada de conjunto a la polifacética personalidad de Alejandro Geraldini, miembro de una prestante familia de notables eclesiásticos, preceptor de las Infan­tas de España, diplomático, cronista, escritor y poeta, pero sobre todo al Obispo de Santo Domingo.